Esta semana con la llegada de los ocho meses se me despertaron como casi todos los meses muchas emociones, de todo aquello que senti al conocer a mi chiquita, asi recién salidita de su capullo, toda vestidita de amarillo, con los cacheticos rojos, pero sobre todo con los ojos bien abiertos, bien abiertos para conocer el mundo.
Recorde aquella primera noche sin dormir, por estar viendola y por mi temor a que le pasara algo mientras dormia, aquello fue todo tan nuevo, pero me sentia feliz, por primera vez en mi vida me sentia llena, llena de vida para compartirla con mi hija y sobre todo llena de felicidad por su llegada a este mundo.
Además pense acerca de todo aquello que he aprendido como mamá, de los mitos que se han ido cayendo por si mismos, pense en todo lo que he aprendido, y sobre todo me vi a si misma como una verdadera mamá, confiada y con la convicción de que lo que estoy haciendo por mi hija al criarla, lo hago con el corazóin y eso ha hecho que me vuelva una super mamá.
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