Por estos días y a propósito de los hechos de violencia contra las mujeres en mi país, he estado meditando acerca de aquello que hemos ganado las mujeres a lo largo de la historia. Evidentemente el hecho de ser participes de los escenarios donde antes solo estaban los hombres, nos ha permitido acercarnos a que se nos mire más como seres iguales a las personas de ambos géneros, sin embargo a pesar de lo mucho ganado, seguimos perdiendo muchas veces.
Ser mujer nos implica ver la vida desde muchas ópticas desde la de cada rol asumido en la vida, el de hija, esposa, amante, madre, desde la de ser humano, ciudadanas del mundo y seguro que cada óptica nos permite posicionarnos de una forma diferente ante el mundo que nos rodea, no es que seamos ambiguas y un día queramos una cosa y otro otra, es que logramos ver que no necesariamente debemos ser radicales frente a nuestras decisiones, es por esto que muchas veces logramos movernos en diferentes ámbitos y logramos ser unas amantes esposas, pero unas duras jefes.
Cuando decidimos ser madres, a pesar de contar con un compañero, no debemos negar que el rol materno nos abarca y cuando somos madres trabajadoras nos avasalla muchas veces, los hombres usualmente tienen la capacidad de ir a trabajar, aunque dejan a sus chiquitos en casa y les hagan mucha falta, son más hábiles para sobrevivir a un día lejos de ellos y seguramente soportan las ganas de llorar a moco tendido cuando recuerdan el amor dejado en casa, sin embargo a pesar de lo duro de dejar a los hijos de criarlos solas o acompañadas, lo logramos, procuramos criarlos en las mejores condiciones posibles y tratamos de darles lo mejor de si cada día.
La vida moderna nos ha brindado oportunidades y ganancias, también el reconocimiento de la importancia de nuestro papel en la sociedad, ya no somos solo esposas y madres, somos seres humanos con igualdad de condiciones ante los hombres, capaces y con disposición a lograr lo que nos proponemos.
Ahora que soy madre siento que mi feminidad se ha maximizado, con respecto de aquellos que han decidido no ser madres, para mí ha sido el reto máximo al ser mujer, más criando a otra mujer, tengo en mis manos la responsabilidad de hacer de Luisa la persona que ella quiera ser, de darle elementos para enfrentar el mundo y de lograr todo aquello que se propone. El ser madre me ha permitido ver la vida desde otra óptica, tengo un rol más que cumplir ahora además de ser yo, soy la orgullosa mamá de Luisa.
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