A casi una semana de haber empezado nuevas labores, me he sentido triste, a ratos preocupada, pero sobre todo feliz cuando llego a casa y Luisa me recibe con una sonrisa, esto me llena mas que cualquier cosa en la vida, su sonrisa es algo irreal, no tiene condiciones y simplemente me llena de la mas profunda alegría.
Ha sido dificil estar tantas horas lejos de ella, he llorado y he sentido un enorme vacío en el estomago, he querido renunciar y simplemente correr a su lado, no me importa nada más, alguien me dijo, que es bueno que cada una tenga sus espacios, si en parte es verdad, pero sigo discutiendo que no quisiera que fueran tantas horas, quisiera tener opciones, pero no simplemente es eso o eso, no puedo dejar de trabajar, no solo porque reprensenta para mi independencia economica y una manera de garantizar un mejor futuro a mi hija, sino tambien porque evidentemente es un espacio que significa mi desarrollo como persona y el cumplimiento de metas que me he trazado.
Seguiré en la lucha, de a un día por vez, procurando adaptarme a esto de ser una madre trabajadora y a seguir disfrutando esos momentos felices.
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