He logrado en los tres meses
de vida de mi hija, aprender que en gran medida el tiempo depende de ella, que
mis actividades deben ser planeadas con sus necesidades y lo más importante que
siento placer de que mi vida sea así. Me he ido acostumbrando de a poco a hacer
siestas a cualquier hora, a levantarme en la madrugada y a vencer el sueño
cuando ella no quiere dormir.
He ido aprendiendo como
cargarla, cuando llora por hambre, cuando llora por sueño o solo porque esta
tan consentida que desea permanecer adherida a mi como un Koala, ha sido todo
un recorrido de ires y venires, que ha hecho, que hoy me vaya sintiendo más
tranquila, mas convencida de que en esto de la maternidad no hay manual, que se
aprende día a día y que cada niño es diferente, que las necesidades del uno no
necesariamente tienen que ver con las del otro, en el desarrollo de mi labor
profesional trabaje en muchas ocasiones con madres, de todo lo que hoy solo
algo es cierto, hasta que no se vive la maternidad, es por eso que a veces los
consejos de las madres cercanas y no tan cercanas a veces suelen no ser tan
certeros, y en ocasiones hay que echarlos a la basura.
Luisa es una niña que va
rápida y veloz por la vida, segura de que yo su madre, estaré con ella en su
recorrido por la vida, me mira con ojos de tranquilidad cuando se duerme y me
busca con ojos de preocupación cuando no me tiene cerca, esto hace que siga
descifrando como hacer su vida cada vez más feliz.
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