Por estos dias a raiz de la rapidez como crece Luisa y de algunos acontecimientos en nuestra vida diaria, me he cuestionado acerca de la forma como establecer la autoridad, aquello con lo que todos los dias me encuentro en mi labor profesional. Antes de que Luisa cumpliera el año empezo a adoptar una conducta parecida a una pataleta, al comienzo crei que era una forma de protestar por no lograr algo que quería pero después empezo a tomar matices de reclamo, reclamaba porque no se hacía lo que ella quería, finalmente optamos por ponerla en el piso, donde no se golpeara y no prestarle atención, con el pasar de los dias la situación mejoro, y ahora los "berrinches" son menos precuentes.
Algún dia mientras cambiaba su pañal Luisa intento, literalmente escurrirse, lo cual ocasionó que por poco diera de cabeza en el suelo, como mamá precavida la tenía cogida de una pierna, esta situación hizo que casi me descontrolara y le llamara la atención, logré que mi hija captara el mensaje, sin embargo me sentí mal por mi reacción aunque se que el verla en riesgo me altero un poco.
Ahora me encuentro en la tarea de comunicarme con Luisa de tal forma que reconozca cuando mis palabras son serias y requieren de que ella a pesar de sus solo trece meses las respete, es una tarea ardua y de trabajo diario, que hemos llevado de a poco, yo tratando de usar el lenguaje y el tono preciso y ella tratando de entender el porque de mis palabras.
