Hace algunos años, cuando las mujeres nos movíamos mas en el ámbito doméstico, nos veíamos limitadas, en lo referido a desarrollar aquellas cosas que no tuvieran que ver con el ser amas de casa o madres, en la actualidad podemos decidir en que ámbitos movernos y el ser madres y/o amas de casa, se constituye en una de tantas ocupaciones de las cuales podemos elegir.
Al ser madres definitivamente el panorama de nuestras vidas cambia, nuestras prioridades suelen ser otras y en la gran mayoría de las veces, debemos asumir otras tareas con las que no contábamos antes, es así como nuestro tiempo se mueve entre lo personal y todo aquello que implica el cuidado de un hijo, que va desde el cambio de pañal, hasta brindar cariño y amor constantes.
Es también preciso decir que para aquellas que tenemos pareja, la situación cambia, ya dejamos de ser dos y el hijo para a ser un miembro activo de nuestra familia, que por obvias razones, requiere de gran parte de nuestra atención, haciendo que las velas, las rosas y las noches de pasión se vean limitadas a un dulce ocasional, a un te quiero de vez en cuando y a la vivencia de la sexualidad mientras el hijo duerme.
Sin embargo ante este panorama debo decir que, es necesario e indispensable no olvidarnos que somos mujeres, condición que precisamente nos llevo a la maternidad, que nos hace vibrar y hace que vivamos la vida con intensidad, que la veamos con un lente distinto, por esto es importante tomarnos momentos a solas, que nos permitan tomar una ducha, descansar, hacer una siesta, buscar en internet aquello que tenemos pendiente y porque no liberar un poco de energías, además también es imprescindible compartir con nuestra pareja, intercambiar palabras, comunicar nuestro sentir y sobre todo revivir aquellas noches locas.
Definitivamente no se nos puede olvidar el ser mujeres.